Me busco y no me encuentro.
O me encuentro en multitud de rostros frente al espejo.
¿Cuál de ellos soy?
Quizás el que llora asustado en un rincón.
Quizás el que mira con ojos inquisidores.
Quizás el que necesita salir a jugar.
Quizás ninguno.
¿Y si soy el rostro que todo lo ve?
¿El que mira con compasión y
alarga sus brazos para consolarlos a todos
con su infinito amor?
El que se interroga, el que ve a todos los rostros, los reconoce, incluso al que mira con compasión, el que los acepta como son porque todos son tu y eres perfecta. Así se piensa desde el Tao. Que puedas compartir mi alegría por leerte. Un saludo
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Gracias por tus palabras!
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